Dado los últimos casos de rabia Paresiante que se registraron en la provincia, la Comisión Provincial de Sanidad Animal (COPROSA), se reunió para analizar y debatir la problemática a fin de definir los parámetros a llevar acabo para evitar la propagación de dicha enfermedad.
Cabe mencionar que el COPROSA está conformado por la Dirección Provincial de Desarrollo Ganadero; la Secretaría de Agricultura Familiar; el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA); el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA); Asociación Civil Campesina de Pequeños Productores INTI NOA; el Circulo de Veterinarios de Jujuy; y la Sociedad Rural Jujeña.
Tras la reunión, donde también participó la Secretaria de Desarrollo Productivo, Patricia Ríos, desde el COPROSA informaron que la rabia Paresiante es una enfermedad endémica causada por el virus rábico, transmitido por el vampiro común “Desmodus rotundus”, que afecta principalmente a los bovinos, a los equinos, a otras especies domésticas y a algunos animales silvestres.
“La rabia Paresiante es una enfermedad de denuncia obligatoria, tanto para los productores como para los veterinarios. Los productores no deben realizar la faena en animales con síntomas de rabia”, remarcaron desde la comisión, al tiempo que precisaron que los síntomas a tener en cuenta son: inquietud, falta de apetito, tendencia a aislarse, el tono de voz diferente al habitual. También se observa depresión, deshidratación y dificultad postural y ambulatoria, principalmente en el tren posterior; los animales caen con frecuencia al suelo y se levantan con dificultad, hasta que finalmente quedan postrados.
En los animales caídos, agregaron, se observan continuos movimientos de pedaleo, pueden dejar marcas en el suelo; materia fecal seca y dura. Finalmente, “mueren entre los 5 y los 15 días posteriores al comienzo de los síntomas”.
Asimismo, remarcaron que el control del vampiro se lleva a cabo únicamente por personal entrenado; en tanto que la vigilancia epidemiológica realiza el seguimiento y registro de los brotes de rabia en el ganado, “por esto es importante la denuncia de los productores ante la presencia de poblacionales de vampiro”.
En cuanto al diagnóstico, la Comisión explicó que la rabia comprende dos etapas complementarias: la primera, corresponde al diagnóstico presuntivo o sospecha de la enfermedad efectuada por el veterinario en el campo; mientras que en la segunda, es el diagnóstico de laboratorio con el que se confirma o se descarta la enfermedad.
En ese marco, la COPROSA recomendó en primer lugar indicar a los productores, ubicados dentro del área endémica, la obligatoriedad de vacunar todo el ganado de sus establecimientos durante el transcurso de un brote de rabia en su área o en la vecindad (en cada caso, la extensión del área de vacunación obligatoria será determinada por Senasa). “La vacunación debe ser realizada por personal entrenado y debe efectuarse con vacunas aprobadas por el Senasa”, subrayaron.
Además, deben registrar la vacunación ante el Senasa y denunciar la presencia de animales con sintomatología nerviosa. “Solo los veterinarios extraen y envían material para diagnóstico, sin delegar a terceros la toma de muestras”, advirtieron y subrayaron que en caso de detectar animales enfermos, deben incinerar su cabeza y avisar, ante el Senasa, posibles refugios ya que, de ser confirmado el refugio de vampiros, “se georreferenciará y se comunicará al Programa de Rabia”.